Peña Santa ó Torre Santa de Castilla. 5-7/8/23.
Casi siempre soy yo el que propone actividades pero en esta ocasión, era el capricho de Piña. Hace tiempo cuando aún era más montañero que escalador, tuvo "una situación" subiendo por la normal, que a punto estuvo de acabar en tragedia. Al año siguiente consiguió hacer cumbre por la normal, empezando así el idilio con esta cima. Pasados unos años y con más metros de escalada en las espaldas, el siguiente paso lógico para hollar de nuevo esta cima, era como no, escalarla por la vía más clásica de la pared, por la Sur directa.
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A los pies de Peña Santa de Castilla
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Piña me hizo esta proposición hace ya bastantes años, pero Peña Santa se mostró esquiva, un par de intentos fallidos por mal tiempo y otro por no cuadrar agendas, hizo que la consecución de este reto se dilatara en el tiempo, hasta que este verano se alinearon los astros y pudimos ir para allá.
Sin madrugar mucho, quedamos Piña, Nacho y el narrador de esta historia, el sábado 5 de agosto en Venturada, punto intermedio para quedar "la comunidad del anillo", como nos autodenominamos los tres a modo coña, ya que junto con la actividad del Tozal hace un mes, en esta ocasión parecía la segunda parte... Las dos Torres: Tozal del Mallo y Torre Santa de Castilla... jeje.
Comimos de camino en el viaje en la localidad de Guardo, un menú del día rapidito y bordeando el embalse de Riaño, cogimos dirección Puerto del Pontón para bajar parte de este, hasta llegar al cruce dirección Soto de Sajambre. Había leído varias reseñas por internet donde la mayoría de la gente empezaba la actividad en Soto de Sajambre o un poco más arriba en el camino que lleva al refugio de Vegabaño. Con estas premisas busque la pista que sube al refugio pero nos metimos por un camino ganadero que casi nos quedamos allí con el coche... era para asegurarse y tirar unos largos de cuerda... jeje.
Bajamos y dimos con la pista buena, siguiéndola hasta la valla que corta unos 15 minutos antes de llegar al refugio. Nos vestimos, cargamos todo en el supermochilón de unos 20 kg y para arriba.
Conquistar los 2596 m de la cumbre de Peña Santa requiere una buena logística y varias etapas para hacerla en un tiempo razonable para la mayoría de las personas... siempre hay máquinas que se lo hacen casi volando. Para nosotros requería de 3 días, y pasaba a ser una ACTIVIDAD en mayúsculas, ya que no solo era realizar la escalada, sino también era subir el primer día los 1000m de desnivel con mochilón al "campo base" en Vega Huerta y según teníamos entendido, una vez en la cima, la bajada y vuelta hasta Vega Huerta tenía su miga y no era algo baladí. Y el último día bajar al pueblo de nuevo.
Dejamos el coche y nos pusimos a caminar pasando al poco por el refugio de Vegabaño, enclavado en un lugar bucólico, rodeado de pastos, bosques y al fondo se veían varios picos, intuyendo la verticalidad y el desnivel que nos esperaba.
Por no tirar de GPS a las primeras de cambio, cogimos el camino mal y nos dimos un rodeo de "jabalinear" un poco pero enseguida cogimos el camino supermarcado que va para arriba dirección Collado del Frade.
Seguimos por el bosque y al poco pasamos por el Roblón, un enorme árbol digno de admirar y echar una parada. El bosque nos daba sombra, pero la mochila no nos daba tregua, nos iba gastando las energías en una continua subida sin descansos. Pasamos por una fuente, la última que había hasta llegar arriba. Aún quedaban unas 2h30'. Al poco salimos del bosque encarando la parte más ardua de la subida. Íbamos dejando atrás la vegetación, en este tramo hasta el Collado del Frade fuimos acompañados de pastos y pequeños arbustos, que a partir de allí empezaron a desaparecer y a ser sustituidos por la incombustible piedra caliza. Encaramos con más pena que gloria la Canal del perro por pedreras en fuerte pendiente, donde hay que tener cuidado de no resbalar.
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Vista de la canal del Perro desde el collado del Frade
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Cuando esta canal suavizó y parecía que ya el terreno era más amable y sencillo, fue como un espejismo, quizás por el cansancio acumulado, y las pedreras inmundas, pero continuamos hasta la Collado del Burro, por pendientes más suaves pero no menos duras. En este tramo, yo iba fundido, Piña también, Nacho no se quejo mucho, pero iba al mismo ritmo.
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Vista de Peña Santa desde el collado del Burro (el día de bajada)
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Por fin tras pasar este collado, divisamos el paredón de Peña Santa ahí mismo, pero aún quedaba unos 30 minutos rodeando lapiaces y simas hasta llegar a las praderas de Vega Huerta. Las nubes se ceñían sobre la pared y el tiempo algo inestable, nos dejaba las dudas sobre como estaría la pared al día siguiente.
Llegamos al pequeño refugio y estaba ocupado, gracias al cobijo de la tienda ligera que nos subimos para los tres, porque el Orbayu empezó a calarnos poco a poco y no nos dejo tranquilos ni para montarla. Cogimos agua y charlamos con los chic@s del refugio. Nos hicieron un hueco y cenamos dentro para estar algo más cómodos. Gente asturiana maja que nos proporcionaron una info muy buena para la bajada: en el nevero de la Forcadona ya no había prácticamente nada de nieve y no era necesario crampones, pero si que era recomendable evitar el otro nevero del mismo collado, por el espolón de roca a la izda de este, que según nos dijeron, estaba marcado con puntos amarillos... ya veríamos a ver que misterios nos esperaban.
Con las dudas del tiempo, nos metimos a la tienda a dormir. Piña se levanto a medianoche y nos comento que había despejado, así que a las 6:15 nos levantamos con el día claro, mar de nubes en los valles y algo de frío, que hizo que por el porsiaca, me llevará el plumas en la mochila de escalada, cosa que comprobé después, fue un error ya que hizo casi calor al poco de empezar... de todo se aprende.
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Amaneciendo con mar de nubes hacia el macizo central
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La aproximación fue corta, pero me dio tiempo a pensar de todo, incluso en entrar o no a la propia escalada, ya que mi tripa estaba bastante chunga y fui 4 veces a sembrar los prados. Continué y pareció que el dolor se mitigaba y en poco más de media hora, nos colocamos al pie de la punta de flecha característica, que marca el inicio de la vía.
SUR DIRECTA, 680m. V+
Abierta en 1947 por F. Fuentes, J.C.Foillot y A. Rojas y en 1952 cambiaron la salida de la vía los miticos Teógenes Diaz y Carletto Re.
Material: juego de friends, repitiendo alguno medio. 12 cintas largas. 2 cuerdas de 60m.
Aprox: 30 minutos desde VegaHuerta.
CROQUIS:
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Croquis de picosavista.com con anotaciones propias |
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L1. IV+, 40 m.
Empezaba por un espolón rocoso donde podías seguir por una pequeña chimenea o salir al espolón por la izda para superar unos pequeños bloques por la izda y por encima de estos en terreno escalonado llegar a la primera reunión.
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Asegurando los primeros metros de escalada
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Fue coger un poco de ritmo, tiro Piña de primero y saco el largo bien, comentando que enseguida la vía coge ambiente de pared al tener bastante patio. Reunión cómoda en una pequeña terraza con puente de roca.
L2. V, 45 m
Este largo puede darse por 3 sitios, recto por un diedro-chimenea que según reseñas sale a V+, por el espolón un poco a izda del diedro, que sale V o más a izda que sale algo más facil.
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Espolón del segundo largo
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Nosotros tiramos por el medio, visualizando un clavo en el espolón, se intuía algo más duro que el largo anterior y tuvimos que empezar a darnos varios pasos visualizando previamente los agarres y pies para ir escalandolo bien. 3 clavos y algún puente de roca te van llevando y tras un tramito fácil de placa y canalizos típicos, llegamos a la reu, con 2 puentes de roca, también cómoda.
L3. III, ~35 m.
Me tocó a mí, en algún sitio leí que se podía empalmar con el siguiente, pero no llegan los 60 m de cuerda ni de coña. Este largo es de transición, muy tumbado y se metía algún friend por el que dirán, llegando enseguida a la reunión con un pte de roca a los pies del muro del siguiente largo.
L4. IV+, 40 m.
Desde la reu se veía otro cordino un poco más arriba y se intuia un canal-chimenea por donde iba la vía. Otras reseñas dicen que es más facil ir por la placa de la izda de la canal pero por esta, sale facil y se protege bien. largo bonito que llega a los pies del siguiente muro del largo prevío a la gran repisa del nevero de mitad de la pared.
L5. V/+. 50 m
Desde la entrada al largo se intuía algo duro por una chimenea, pero en teoría iba un pelín a la derecha. Le dió Nacho y tras unos pasos protegiendo por la fisura a izda de la reunión, esta se abría y se convertía en la chimenea comentada. Por ahí debimos perdernos algo para cambiarnos a la derecha porque Nacho continuo por esta chimenea y quizás fueron los pasos más difíciles de la vía y encima sin poder proteger. Una vez pasada esta, se continuaba fácil hasta la gran repisa.
L6. II. ~100 m andando + 70-75 m ensamble IV max.
Ni rastro del supuesto nevero colgado, nos desencordamos y andamos con las zapas unos 100m con tendencia a izda y a pegarnos a la pared de la Aguja José del Prado. Al poco de caminar vi una fisura diagonal en la base de esta Aguja por donde creía que continuaba la vía. Muchas cordadas hacen este tramo sin atarse, pero lo vimos algo expuesto para no hacer siquiera un emsamble, asi que nos atamos y tire un largo de unos 70 m, más o menos fácil con algún paso de IV pero casi todo de III, pase dos clavos y una posible reu pero vi la chimenea característica del siguiente largo y les dije que salieran en ensamble para montar reu a los pies de esta chimenea, con varios friends a elegir en alguna de las fisuras que hay.
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Llegando a la R7, al pie de la Chimenea
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L7. V/+. 40m. Como llevaba dos "largazos" de III, les dije que si me daba yo este largo, el cual teóricamente era el más duro de la vía. Así lo hicimos, subí unos metros y chape el clavo que marca donde tienes que desviar a la derecha para coger la visible chapa, donde esta el paso duro. También se puede continuar por la propia chimenea recto pero me apetecía apretar un poco, así que me dirigí a la chapa, protegí previo con un morado, pies finillos, puse una express en la chapa y con un par de pasitos, había alguna mano buena, se salía bien. Después se seguía por un espolón aéreo que había que proteger, con tendencia a izda para volver encima de la chimenea y se alcanzaba una buena terraza con piedra suelta, donde intuí que se debía montar reu. Eche un vistazo abajo hacia la salida de la chimenea y vi un cordino que me pillaba ya a desmano, asi que monté en una buena fisura una reu con friend gris DMM, naranja totem y cordino en un cuerno de roca... para colgar un camión.
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Saliendo del espolón de L7 con la A.Jose Prado detrás
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L8. III+. 40m
Desde donde estaba la reu, nos montábamos en un espolón que te llevaba hasta la pared principal donde se intuía también el siguiente largo por detrás de una aguja despegada de la pared y donde también se veían los famosos largos de arriba de tubos de órgano.
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Entrando al espolón del L8.
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Fácil, sin más complicación que montar reu, ya que no había nada y Piña monto a la izda de la chimenea del siguiente largo debajo de una cuevecilla.
L9, IV+. 25 m.
Se cogía la chimenea y se veía un bloque empotrado que era mejor salirte un poco a la derecha para evitar darte un paso duro. Se llegaba arriba a la horcada entre la agujita y la pared y había que destrepar unos 5-6 m hasta una pequeña repisa donde había un clavo y había que asegurar un poco raro para detener el destrepe.
Sabiendo esto con anterioridad, quizás había sido mejor enlazar este largo con parte del siguiente hasta una repisa buena, quedando un largo de unos 50 m y así además, te ahorras el pequeño destrepe misterioso... el primero de muchos que vendrían... jeje.
L10, IV/+. 50 m.
Se entraba al largo por donde se había destrepado, con buenas manos, parecian mejores al subir que al bajar... curioso... y muy cerca de la gran fisura-chimenea caracteristica de toda esta última parte. Todos estos largos van a la derecha de esta gran fisura diagonal, más o menos cerca según los canalizos que cogas. Así empezando la master class en canalizos, fui subiendo, protegiendo con el friend adecuado donde entraban, porque no siempre entraban donde uno quería, pero se iba haciendo. La roca era excepcional, un agarre como en pocos sitios he visto y además, buenas pinzas para manos que suplian algún mal pie o si querías ahorrarte empotrarlos.
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Surcando los caracteristicos canalizos
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Pase una repisa donde había un cordino con puente de roca, llevaba unos 30 m y debí montar aquí reu, ya que continué otro tramo de canalizos y llegué a otro puente de roca muy pequeño con otro pequeño pico de roca pero medio colgado, muy incómoda. Reforcé con un friend amarillo en un canalizo y queda una reu mediodecente.
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Cada uno a lo suyo en la reu... jeje.
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L11, IV+, 30 m.
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Salida vertical del L11
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La entrada al largo parecía más dura de lo que era, vertical a proteger en canalizos... daba su cosa. Piña se lo dio bien y pasado este tramo, ya tumbaba algo y los canalizos eran igual de buenos hasta llegar a una buena repisa con puente de roca.
L12. IV. 50 m.
Se iban superando pequeños muros por canalizos con tendencia recto o pelín a izda hasta una pequeña repisa con 2 clavos a los pies de una pequeña fisura-chimenea... mas canalizos fáciles y seguíamos comprobando el excepcional agarre de la roca... pura lija.
L13, V/+. 50 m.
Estando en la reunión, tuve mis dudas, por encima se podía salir por la fisura-chimenea que se veía escalable, pero luego continuaba por otro diedro que parecía más duro, incluso algo desplomado... no me cuadraba recto porque había leído que se debía ir hacia la derecha en diagonal siguiendo unos cordinos o clavos... pero no se veía ninguno. La salida a derecha era bastante aérea, con canalizos verticales... ¡no se! pensaba... se intuía en diagonal como que más allá la pared tumbaba, pero no se llegaba a ver bien. Nacho y Piña me dijeron que sería por encima de la reu, pero yo, cabezón, me decante por mi primera intuición de ir en diagonal a derecha. Salí y tras unos pasos vi un cordino... "vaya pues lo mismo acierto" pensé ... continué hacia la derecha con pasos finos, pero buenas manos, protegiendo con lo que se podía y ya ví otro cordino... "es por aquí" me dije... otro cordino y un pasito fino y subí a una pequeña repisa con otro cordino donde según croquis se podía montar reu opcional, pero seguí recto hacia arriba para terminar el largo y la vía. Este último tramo continuaron los canalizos verticales pero ya salían sin problemas, con la experiencia de los largos anteriores. Tumbó un poco y vi la vertiente norte, una mirada a la derecha y a unos metros el punto geodésico... ahora sí ... ¡¡¡ CIMA !!!
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ültimos metros de la escalada
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Les cante por walkie, que ya estábamos arriba y subieron más o menos rápido. Las 17 y poco... no estaba muy mal con nuestro ritmo tortuga... jeje.
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Recogiendo en la última reunión para ir a cima
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Comimos, fotos, mar de nubes hacia el Mar Cantábrico, vistas espectaculares... bonita cima... mejor dicho... muy bonita, y montañon... de las mejores que he subido, cumbre amplia pero muy aérea por todos los lados.
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Foto de cima
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No hubo más celebraciones que los propios abrazos de complicidad por compartir estos momentos, ya que en todos estaba presente que la bajada era complicada.
Bajada y vuelta
Piña nos indicó que cuando subió por la normal, habían rapelado casi desde la cima, en vez de coger el primer tramo de Llambralinas, unas placas lisas características en esta zona de roca caliza.
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En el primero de los rapeles
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Desde la cima volvimos sobre nuestros últimos pasos de escalada y se veían unos cordinos para rapelar, me asomé y se veía donde teníamos que bajar. En un rapel de unos 25m llegamos a una terraza y vimos que nos habíamos quitado una primera Llambralina. Con unas fotillos que llevaba de una reseña, los puntos amarillos y algo de intuición continuamos el camino pasando por otras placas y un destrepe hasta un caminin que se veía bien. Otro paso por placas pero ya con los puntos amarillos indicándonos el "buen" camino. Mas destrepes, una fisura con muchos menos agarre que la escalada que habíamos hecho... se veía que este tramo estaba mas gastado por ser de la subida normal.
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Pasos de poner atención
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Vista al lado contrario de la anterior foto donde se ve la Brecha norte
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Vimos ya la Brecha norte, a donde teníamos que llegar para meternos en dirección norte a lo que es la Canal estrecha. Se veían puntos amarillos más abajo pero el destrepe que teníamos que hacer no molaba mucho... misterio misterioso... vimos unos cordinos para rapelar y fuimos a lo seguro.
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Segundo rapel opcional
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Otro rapel de unos 25m, nos quitaba este destrepe aéreo. Unos pasos y estábamos ya en la Brecha norte. Un tramo de destrepe amable y ya vimos la instalación del primer rapel. con una cuerda hicimos este primer rapel de unos 30m, hasta la siguiente instalación. otro rapel y no llegamos por poco al siguiente rapel. Destrepamos unos metros con piedra suelta y llegamos a la otra instalación donde rapelamos de nuevo 30 m.
Aquí nos contó Piña, "la historia del Paso Vidal", allí fue cuando subiendo por esta Canal estrecha hace unos años, su amigo Vidal se adelanto por delante del grupo y se quedo "pillado" en este paso justo antes de llegar a esta instalación de rapel y llegando Piña para ayudarle, se le cayó encima. Por suerte fueron a parar a una pequeña repisa justo debajo, sin ser más que un pequeño-gran susto que no acabó en infortunio.
Una vez rapeladado "el Paso Vidal", hicimos otro pequeño destrepe y llegamos a la ultima instalación que se rapelaba por una paquita vertical mas abierta de la canal que traiamos hasta entonces, dando vistas al Jou Santo.
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Último rapel del día
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Recogimos cuerdas y creíamos que las dificultades habían terminado, pero como diría
Superraton: "no se vayan todavía aún hay más"... y es que no habíamos hecho nada más que empezar los destrepes misteriosos. Viendo el nevero aún muy abajo y el
Cdo de la Forcadona a la izda según bajábamos, nos dimos cuenta que aún quedaba bastante. Poco a poco, destrepe a destrepe, llegamos a la parte baja donde cogimos dirección izda por pedreras inestables, bordeamos lo que quedaba de nevero y cogiendo lo menos peligroso de las pedreras, algún bloque donde se pisaba sin retroceder dos pasos, fuimos subiendo dirección al collado. Antes de llegar divisamos los puntos amarillos que nos dijeron los asturianos, y nos dió algo de tranquilidad, aún era de día aunque la bajada y la vuelta estaba siendo larga y tediosa.
Bordeamos por la izda siguiendo los puntos amarillos, el collado de la Forcadona y su nevero con una gran rimaya... se veía bastante difícil si se hubiera tenido que atravesar por allí. La zona rocosa por los puntos amarillos, seguía con sus trepes y destrepes. Volvimos a la parte trasera del Collado y destrepamos una vez más con roca inestable y poco a poco. Comprobé que me había quedado sin agua y Piña también... Nacho aún tenía... aún nos quedaba al menos una hora o más si todo era como parecía.
Cogimos más abajo una pedrera más amable que iba a media ladera sin perder altura, algún hito nos mantenía en el buen camino, aparte el track que llevábamos también nos mantenía en la buena línea.
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Últimas luces del día en zona que creíamos ya fácil
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Continuamos y encendimos los frontales, esperando dar la vuelta y divisar los prados de Vega Huerta tras las siguiente curva, pero la noche llegó y nos esperaba aún un destrepe con bastante misterio... Nacho iba algo delante como avanzadilla y Piña y yo algo detrás más tranquilos.
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Últimos destrepes misteriosos
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Vimos a Nacho pensando mucho los pasos y la luz del frontal no alcanzaba ver "el suelo"... nos pillo con la guardia bajada y nos sorprendió... cerramos el culo una vez más y bajamos con mucho cuidado, poniendo ese punto extra de concentración en poner bien los pies y manos, para evitar el último traspié, el cansancio acumulado luchaba con la concentración y transcurrió la última intensa batalla entre ambos, y ese fue el último cartucho de energía que nos quedaba. Por suerte, a partir de aqui el camino ya si que fue mas friendly y tras bordear otra aguja, ya si que encaramos la suave bajada a Vega Huerta, que casi me sorprendió llegar "tan pronto" porque había activado el modo "Joe Simpson".
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El campo base seguía en su sito al regreso
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Por fin, después de 15 horas non-stop, llegamos "al calor de la tienda", como dijo Piña al dejarla por la mañana. Cena para reponer las fuerzas gastadas, agua condimentada con sales para hidratar y comprobación de que todo en el cuerpo estaba en su sitio... en la mente aún se estaban procesando y digiriendo todas las vivencias del día, que habían sido intensas.
Antes de dormir y para bajar un poco la cena, Piña me identificó varias constelaciones y nos deleitamos al ver la Vía láctea en un cielo sin ninguna contaminación lumínica. Sueño reparador y nos levantamos sin prisa. Desayuno contemplando un paisaje agreste pero único e idílico donde estábamos nosotros solos, casi un privilegio estar así en una sociedad masificada vayas donde vayas.
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Momentos de relax y disfrute antes de empreder la bajada
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Despidiendonos de Peña Santa y Vega Huerta
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Recogimos tienda, organizamos mochila, nos autoconvencimos que casi no pesaba ahora al quitar algo de comida, pero como seguía pesando la jodia... bajando las pedreras, teníamos que ir despacio y con cuidado, "no te hiciera la tijera cual remolque" como dijo Piña.
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Ya se veía el verde
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Desandando el camino del sábado llegamos de nuevo al refugio de Vegabaño... que buenas las cervezas... tienen un sabor especial disfrutar de ellas... por el cansancio... por las experiencias vividas... por el sitio onírico donde te encuentras... por las endorfinas segregadas que duran unos días de resaca... y sobre todo por la compañía de los amigos con los que las compartes.
Para terminar y darle más empaque al relato, podría poner una frase célebre de algún gran alpinista como hice en la entrada del Tozal, pero ahora que escribo y pensando en lo que costó volver a la civilización tras esta actividad, haré una reflexión acerca de como vivimos en la actualidad: prisa diaria innecesaria, estrés cotidiano por un trabajo que nos da el sustento para un consumo excesivo y comprar esas necesidades impuestas por el mercado, estar hiperconectados con todo... menos con nosotros mismos y... es tan fácil ... y tan difícil a la vez... dejar todo eso a un lado y esperar a que los sentidos actúen en un entorno tan mágico como este, para reconectar toda nuestra red neuronal y que capte todas esas emociones y sentimientos que se producen, generando recuerdos que perdurarán toda nuestra vida. PEÑA SANTA DE CASTILLA... GRAN CIMA.
Pd: A continuación añado el pequeño relato de Nacho dando otra visión de la misma aventura.... super emotivo:
Peña Santa, Tozal del mallo, qué más da que nombre tenga... llevo mucho tiempo con las montañas y en ese tiempo las he transitado desde muchos lugares...desde el niño en el descubrimiento, desde la amistad, el amor, desde la conquista, desde el desafío, desde la muerte... nosotros podremos estar en diferentes estados, pero ella está allí siempre, esperándonos, proponiéndonos. La *MONTAÑA* es el templo, el escenario perfecto, imponente, implacable, imperturbable, pero llena de vida, piedras, flores, agua .... el silencio.., si conectas, es transformadora..., la montaña es catalizadora... y cuando descubres que el sufrimiento, la hostilidad y el desplazarse de un lugar a otro para conquistar se convierte en un "viaje" transformador a Pandora. Ahí es cuando empiezas a disfrutar de verdad.
Cuando la roca devora nuestros pensamientos, aparece la belleza en cada rincón y dejas de sufrir por desplazar un cuerpo pesado a través de un entorno hostil para comenzar a ver cientos de milagros en cada rincón...mariposas que juegan juntas, flores que compiten por su belleza, múltiples colores, formas, olores dentro de cada familia floral, a cual más atractiva que las anteriores. Saltamontes orquestando una melodía desproporcionada para su tamaño, lagartijas de múltiples colores; nos recuerdan que NO estamos solos en ese caminar. Y los árboles, de múltiples tipos y formas, que nos observan como si fuéramos niños jugando, siempre con su amorosa visión del abuelo que lleva mucho más tiempo que tu viendo el paso de la vida, y la muerte.
Estar días en naturaleza te permite conectarte y ser parte del juego de los elementos con toda su armonía y belleza, amanecer, anochecer, movimiento, quietud, armonía y caos...*VIDA*. Vida, en constante transformación, siempre en el cambio, infinito, eterno, _vida-muerte-vida_, _noche-día-noche_, todo en un ciclo infinito que nos muestra que lo único que *ES* real…es lo que lo conforma todo...lo que está presente en todo, lo que hace que hagamos todo, lo que da sentido a todo, lo que constituye todo. Lo único que *ES*...el *AMOR*. El amor es lo único que somos capaces de percibir que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio. Causa de toda manifestación del universo y por ende, causa nuestra. La razón por la que todo ES y existe, bello, perfecto, inmutable en su movimiento, todo ahí, para nosotros. El *AMOR* es la *INTELIGENCIA* (superior) que mueve los hilos de la realidad.
Y por AMOR llegamos a este punto de la historia, Peñasanta de Castilla... una montaña desconocida para mi pero que para Piña era su Tozal del Mallo, el culmen de muchos años de recorrerla, vivirla y admirarla. Incluso presenciando algunos incidentes en su ascensión. Personalmente no tenía intención de ir porque por lo que había mirado era una de esas actividades que a mi se me quedaba grande, algunos miedos rondaban la cabeza, la edad (48), las rodillas, la dificultad, la paliza, las horas, el que estaba en la playa con mis hijas y debía abandonarlas para ir a dicho cometido.... A favor estaban la aventura, la montaña, la experiencia, y los compañeros.. Javi y Piña. Hace un mes ellos me acompañaron a mi en la aventura al Tozal del mallo y ya se me hizo dura, la verdad, por lo que sabía que Peñasanta estaba dos pasos más allá, más fácil en su escalada, pero más compleja en su conjunto. Me debatía entre si ir o no ir, y justo a falta de una semana Piña hizo "crack" en un dedo escalando en Patones. Nada muy serio, pero si algo que nublara un poco la ascensión. 24 horas antes de partir, y después de una conversación con Piña, mi corazón determinó que debía ir, que de alguna forma podría ayudar en aquella aventura a aquellos que hacen lo propio cuando toca..."Contad con mi hacha" compañía del anillo ...
El viernes a las 22 horas ya estaba en Madrid preparando las cosas, y el sábado a las 10 estaba en el punto de encuentro. El resto es historia ..lo ya escrito por "El Profesor", el sargento Martínez....Mochilones, ascensión, lluvia, compartir la cena con verdaderos montañeros, insomnio, retortijones, gases producto de la expulsión del miedo..., mucha escalada (10h para 13 largos), complicidad, abrazos y amor en la cima... y en la larga bajada mucha incertidumbre, muchos rápeles, muchos destrepes misteriosos y delicados en los que cualquier fallo de lectura o de ejecución supondría la muerte, pasos de III o algo más constantes... hasta después de 3h llegar al suelo... luego andar para seguir trepando y destrepando sin fin hasta pasar la Forcadona... y cuando se hizo de noche, cuando por fin parecía que habíamos alcanzado el sendero, no, allí nos estaba esperando el último regalito, el postre.... un precipicio a oscuras... un hito que apuntaba al vacío. Un destrepe de unos 15m con frontal... Momentos de incertidumbre y miedo. De pararse, de respirar hondo, sostener y encarar con atención plena... con mucho cuidado lo salvamos... ya estaba... por fortuna la hora que quedaba fue llana, agradecida, compartiendo el agua que quedaba para simplemente llegar, cenar como se pudo, para a las 00:00 caer rendido en la tienda y del tirón dormir hasta pasadas las 8:00.
Despertar allí, con calma, con el cálido sol calentando nuestros corazones, empezando a digerir y a disfrutar de estar vivos (_"everything that kills me makes me feel alive_",, del haberlo conseguido... desayunando tranquilos, compartiendo el entorno con la compañía de los rebecos , charlando, contemplando el paredón, el entorno idílico... momentos de estar en el "cielo" de la vida... saboreando todo lo que el día anterior no pudimos.
Peñasanta lleva el hierro de la vida y de la muerte ,todo montañero puede o debe verlo. Al día siguiente falleció una persona conquistando su cima. Descanse en paz aguerrido montañero. Entorno inigualable para despedirse de este mundo.
Compañía del anillo, daros las gracias por ser parte de mi vida. Habéis llegado a mi vida de las formas más variadas, de rebote en rebote, de un origen desconocido pero común, de esos tentáculos de la vida, pero cuando os conocí a cada uno, sentí esa certeza, esa conexión... esta gente la quiero en mi vida.
Daros las gracias por estos días, por estar dispuestos a venir y a compartir vida juntos. Gracias por vuestra flexibilidad y capacidad de adaptación, dos pilares de la VIDA. Muy agradecido de haber podido compartir estas aventuras con vosotros. Os quiero.