miércoles, 12 de octubre de 2016

Espolón vampiro



Espolón vampiro. Aguja de la Pirámide (La Cabrera) 8/10/16

Quedamos sobre las 9 en el aparcamiento de las Agujas. Esta vez estábamos Piña, Lidia y yo. Nunca había estado en esta zona, pero es fácil llegar, se debe meterte en el pueblo y en vez de aparcar donde se deja para hacer el Pico de la Miel, continuar para coger la calle Encerrada. Se acaba el asfalto pero se continua por el camino en buen estado hasta encontrar un descampado a la izda, teniendo en cuenta que está justo enfrente de las Agujas.

Las Agujas al empezar el camino de aproximación
En estas fechas amanece más tarde. La luz matinal empieza a tener esos tonos anaranjados que parecen el preludio de los colores que veremos en unos días, aunque el otoño se resiste a venir y la temperatura siga siendo de inicio de septiembre.

El Pico de la Miel al amanecer

El camino de aproximación sale enfrente del aparcamiento en dirección a las Agujas. Enseguida se ponía cuesta arriba. Al poco de empezar nos salimos del “camino” y jabalineamos un rato hasta encontrarlo de nuevo. Se nota que aquí la senda no esta tan trillada como la que sube al Pico de la Miel. Al ir acercándonos a las Agujas, reconocimos enseguida el Diedro de la Deportiva en la llamativa Aguja sin nombre y desde su base rodeamos hacia la derecha la Aguja de la Piramide hasta llegar al pie de la vía elegida, el Espolón vampiro

Aguja sin nombre a la  izda y Piramide a la derecha

Supe de esta vía, nada más meterme a la página de escaladoresdelacabrera.com. En ella cuenta la historia de los aperturistas  y el porqué de su nombre. Uno de los aperturistas, Jorge Gª Fernandez le apodaban “el Vampiro”. Además le acompañaron Ricardo y Luigi abriendo la vía el 3/11/1979. Además en esta página describen los largos. También hay más croquis por internet, uno muy bueno como siempre en viaclasica. 

Tenía toda la pinta de ser una clásica desde el inicio, y comprobamos después… fisuras, fisuras y su dosis de vegetación al no ser muy repetida, lastima ya que al principio afea un poco la vía. El primer largo era una plancha de musgo entera hasta llegar a las encinas características. Visto después, se puede evitar este largo guarrete, entrando por una vira que llega hasta estas encinas. Al ver esta plancha de musgo que va por el espolón fisurado, empecé por una zona que hay más limpia debido  a un desprendimiento, pero cuidado que hay cosas que se mueven. Monte reu en la última encina antes de empezar el siguiente largo.
Llegando a la primera reunión entre encinas
Salió Piña para el siguiente, con un primer paso fácil pero con su costra de musgo y liquen, aderezado con las ramas de las encinas en la que se enganchaban todos los cacharros… un poco caos,  aunque le daban cierto ambiente… tanto que cuando me toco salir, me metí un resbalón por querer salir rápido de esta zona tan sucia… concentración!! no sé si fue por esto o no, el caso es que me ví con algo de desconfianza en  prácticamente toda la vía… aunque luego lo fui sacando más o menos bien.
 
Vista del último tramo del 2º largo desde la R2
Piña subió bien y tranquilo, protegiendo, usando los dos clavos que quitan un poco de picante al aire que corre cuando te asomas a la placa donde se inicia la fisura que se sigue hasta la reunión en una encina. La fisura donde están los clavos es pequeña y se va ensanchado al final.  Lo ideal hubiera sido continuar el corto siguiente largo pero Piña decidió montar aquí… al menos se estaba a gusto en esta repisa, y se podía disfrutar de unas vistas excepcionales de toda la sierra de la Cabrera y alrededores. También aproveche para sacar unas fotillos chulas a Lidia… parece buena y todo… jeje.
 
Metida en la fisura
Saliendo


Piña dijo que sacaba el siguiente pequeño largo, para que yo hiciera el resto. Así lo hizo, y este largo se puede dar por la fisurilla de la izda pegada al espolón o por una baravesa con buen canto que hay en medio. Piña vio la baravesa y se fue a por ella. Era ancha y entraba el “martillo pilón”… el 5 de camalot que lo subí por si acaso. Después de meterlo, subió un poco, se pensó si proteger o no y como no lo vio claro, continuó el largo, dándose unos pasos algo expuestos pero fáciles ya que tenías buenos cazos. 

En la baravesa inicial del 3er largo
Después se salía a una fisura ancha que era fácil, sobre el V, para llegar a la reunión en otra encina. Subimos Lidia y yo, sin más complicaciones con dos apretones en la baravesa que tenía peor pinta de lo que luego es.

Me tocaba el cabo caliente… ví la chapa y la fisura que me tocaba… buena pinta. La confianza no era muy grande, pero me mentalice para tirar para arriba y punto. Así hicé, subí los primeros metros en una placa, con pequeñas regletillas, que tiene su punto… dicen IV… quizás algo más….  O me pareció a mí por la exposición. Se llega a la chapa y desde allí se hace una pequeña travesía a derecha para coger la fisura que se debe remontar entera. Los primeros pasos de la fisura son fáciles hasta una repisita ancha. Allí empecé a coser el largo. Me daba un paso, friend a la fisura, otro paso, friend a la fisura, empotre de pie y/o mano, friend a la fisura… quizás sobreprotegí porque no tenía la confianza que por ejemplo llevaba en la Calavera… hay días y días pensé… a seguir!!  El caso es que lo iba sacando sin demasiados agobios, solo los que me metía en la cabeza. Buscando había cositas para manos y pies en la placa, aunque debías ir colocándote en la fisura de la forma más cómoda posible y eso a veces era difícil. En la salida de la fisura se quedaba más estrecha, en una de dedos y entraban aliens pero tenías alguna regletilla maja con lo que salí ya a unas repisas fáciles, llenas de musgo como no, y vi las argollas de la reunión. Desde aquí podía haber continuado pero preferí darme un respiro al contemplar el techito que venía después. Subieron Lidia y Piña más o menos bien.

Saliendo de la fisura a las repisas musgosas

Me pensé darle por el techito ya que tenía un cuerno de roca bastante bueno y parecía laceable para quitar exposición, pero al tener la fisura evidente a la izda pues me decanté por ella, para seguir con la master class de fisuras. Esta era peleona y no veía donde poner pies con lo que metí el morado y tire de él, para subir un poco y allí te podías medio empotrar por detrás del techo, donde no se estaba mal. Aquí acababa la dificultad, sacabas manos por encima y salías a unos grandes bloques, desde donde, si no se quiere subir más, puedes dar por finalizada la escalada, pero al ver dos argollas un poco más arriba y ver que se alcanzaba la cumbre, me salió mi alma montañera de que se debe siempre alcanzar la cima de una montaña, con lo que un par de pasos en un bloque y cima en las dos argollas.

Subieron, intentando el techo Lidia, que al final evitó y llegaron a la cima en nada. Muy chula con grandes vistas de toda la zona. Se veían buitres en la Aguja sin nombre. Vimos que se podía destrepar hacia el norte por unos bloques hasta coger la canal de bajada hacia el E, con lo que recogimos cuerdas y volvimos al pie de vía bajando con cuidado porque había mucha tierra suelta y era terreno propicio para darte un buen resbalón.
Recogimos todo y bajamos con una sudada importante, quejándonos del excesivo calor para la época del año que es y pensando en tomarnos las birras en el pueblo de La Cabrera, para contar impresiones, batallitas y futuras escaladas, como siempre intensas y con sabor clasiquero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario